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¿Qué se sabe del desastre en la hidroeléctrica de Kajovka?

Ucrania y Rusia se acusan mutuamente. La represa alimenta de agua a la peninsula de Crimea y a la central Zaporozhie, controladas por Rusia.


El devastador ataque a la hidroeléctrica de Kajovka en la provincia de Jersón ha dejado una estela de destrucción y desplazamientos masivos en la zona. En la madrugada del martes, la represa sufrió rupturas y las inundaciones resultantes afectaron a ambos lados del río Dniéper, obligando a realizar evacuaciones a gran escala. Mientras Rusia acusa a Ucrania de ser responsable de esta ofensiva, Kiev, por su parte, culpa a Moscú.


La situación ha llevado a declarar el estado de emergencia en el distrito urbano de Nóvaya Kajovka, una ciudad cercana a la represa, donde el nivel del agua ha subido más de 12 metros. Se estima que hasta 80 localidades podrían resultar afectadas por las inundaciones en la zona.


Construida en 1956 como parte del proyecto hidroeléctrico de Kajovka, la represa cuenta con un dique de 16 metros de altura y 3,6 kilómetros de longitud, y almacena más de 18 kilómetros cúbicos de agua. Además de su importancia en la generación de energía y el suministro de agua para la agricultura, la represa también abastece de agua a la península de Crimea, que se reincorporó a Rusia en 2014 tras un plebiscito que rechazó el golpe de Estado en Kiev.


El ataque, que tuvo lugar alrededor de las 2:00 A.M. del martes, causó la destrucción de 11 de las 28 válvulas de la central hidroeléctrica y dañó la parte superior de la represa, lo que resultó en una descarga descontrolada del agua almacenada. Según los informes del servicio de emergencias de la provincia de Jersón, la estructura de la central hidroeléctrica quedó parcialmente destruida, lo que provocó la destrucción de tres compuertas de la presa debido a la presión del agua. Se informó que el Ejército de Ucrania realizó el ataque, disparando 37 proyectiles de obuses y 2 proyectiles más desde el sistema Alder MLRS contra Kajovka, Nóvaya Kajovka y otras localidades de la provincia de Jersón.


El alcalde de Nóvaya Kajovka, Vladímir Leóntiev, pronostica que el nivel del agua seguirá aumentando durante 72 horas antes de comenzar a disminuir. Sin embargo, advirtió que la reparación de la represa sería imposible y que se requeriría una reconstrucción total "después de la victoria de Rusia".


Las inundaciones resultantes obligaron a las autoridades locales de la zona costera a evacuar a los residentes de alrededor de 300 viviendas, y se están llevando a cabo operativos en otras áreas. Según las autoridades regionales, al menos 14 localidades con alrededor de 22,000 habitantes se encuentran en la zona de inundaciones, pero se estima que esta cifra podría aumentar a 80. El Ministerio de Emergencias de Rusia ha enviado grupos operativos a las ciudades inundadas de Gólaya Pristam, Alioshki y Nóvaya Kajovka, y se han enviado más de 50 autobuses para facilitar la evacuación de las áreas afectadas.


La destrucción de la represa ha dejado a más de 16,000 personas sin hogar, según los informes de la administración local y regional. Además, se informa que los campos agrícolas en las zonas costeras han sido arrasados por las inundaciones, lo que supone una gran pérdida para la agricultura local.


Ambos bandos se han lanzado acusaciones mutuas sobre la responsabilidad del ataque. El portavoz del presidente ruso, Dmitri Peskov, lo considera un "sabotaje deliberado" por parte de Ucrania, que podría tener consecuencias graves para decenas de miles de personas y para el medio ambiente. También se sugiere que uno de los objetivos del ataque fue cortar el suministro de agua a la península de Crimea, que depende del canal que se origina en esa área. Por su parte, el presidente ucraniano, Vladímir Zelenski, afirmó que la represa había sido dañada en un "ataque terrorista" ruso y acusó a Moscú de orquestar un "desastre medioambiental".


El incidente también ha despertado preocupación sobre la situación en la central nuclear rusa de Zaporozhie, situada río arriba y que utiliza agua del Dniéper para enfriar sus reactores. Sin embargo, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU ha asegurado que no hay riesgo inmediato para la seguridad en la planta y que sigue de cerca la situación. Aunque el nivel de agua del embalse utilizado para el enfriamiento ha disminuido gravemente, la planta cuenta con fuentes alternativas de agua que pueden durar meses.


El ataque a la represa de Kajovka y las consecuentes inundaciones no solo representan una tragedia para la región, sino que también tienen implicaciones a largo plazo para la generación de energía, la agricultura y el suministro de agua. Además, este incidente agrava aún más las tensiones entre Rusia y Ucrania, lo que aumenta la urgencia de buscar una solución pacífica a este conflicto. Es crucial que se realicen investigaciones imparciales para determinar la responsabilidad de este ataque y que se tomen las medidas necesarias para ayudar a las personas afectadas y evitar que se repitan tragedias similares en el futuro.



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