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Israel lanza una ofensiva terrestre en Gaza y desata el infierno

  • Foto del escritor: Ambito Tucumano
    Ambito Tucumano
  • 16 sept
  • 3 Min. de lectura

Las FDI lanzan su mayor operación en Gaza con bombardeos que han matado a cientos de civiles. La ONU confirma genocidio mientras familias de rehenes protestan contra Netanyahu.

Israel lanza una ofensiva terrestre en Gaza y desata el infierno
Llamas y humo se elevan desde un edificio tras el bombardeo israelí en la ciudad de Gaza, el 7 de septiembre de 2025.

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) iniciaron este martes una ofensiva terrestre a gran escala en Gaza, la operación militar más significativa en el conflicto desde 2023, sumiendo a la ya devastada franja en una nueva espiral de violencia y desplazamiento masivo. El ministro de Defensa israelí, Israel Katz, declaró que "Gaza está en llamas" mientras las tropas avanzaban hacia el centro urbano amid intensos bombardeos aéreos, terrestres y navales.

La operación, que según informes militares involucra a tres divisiones y hasta 60,000 soldados de reserva, busca tomar el control total de la ciudad que Israel considera el último bastión de Hamas. Testigos reportaron los bombardeos más intensos en dos años de guerra, con edificios derrumbándose y calles convertidas en paisajes apocalípticos de escombros humeantes. El personal médico en el hospital Al-Shifa reportó la llegada de al menos 34 cadáveres y decenas de heridos en las primeras horas del asalto, aunque las ambulancias no podían acceder a muchas áreas debido a la intensidad de los combates.

Crisis humanitaria catastrófica

La ofensiva ocurre en medio de lo que un informe histórico de la Comisión Internacional de Investigación de la ONU determinó como actos de genocidio por parte de Israel contra la población palestina. Navi Pillay, presidenta de la comisión, afirmó que existe "intención clara" de destruir al pueblo palestino, documentando asesinatos masivos, daños físicos y psicológicos graves, condiciones de vida diseñadas para la destrucción y medidas para impedir nacimientos.

Miles de palestinos huían en columnas interminables hacia el sur de Gaza, cargando sus pertenencias en carretas de burro, rickshaws o a pie. Abu Tamer, de 70 años, describió a Reuters: "Están destruyendo torres residenciales, los pilares de la ciudad, mezquitas, escuelas y caminos. Están borrando nuestros recuerdos". Sin embargo, muchos no pueden escapar: "No tengo a dónde ir en el sur de Gaza, ni casa, ni carpa, ni auto para viajar", declaró Montaser Bahja, un ex maestro.

La crisis de hambre se profundiza, con el Ministerio de Salud de Gaza reportando tres nuevas muertes por inanición en las últimas 24 horas, elevando el total a al menos 428 fallecidos por hambre - la mayoría en los últimos dos meses - en lo que los monitores globales califican de hambruna creada por el hombre.

Reacciones internacionales divididas

La ofensiva generó condenas inmediatas y amenazas de sanciones de la Unión Europea, mientras que Estados Unidos apareció dando su bendición tácita. El secretario de Estado Marco Rubio, horas antes del inicio del asalto, había asegurado a Netanyahu el apoyo inquebrantable de Washington.

En Bruselas, un portavoz de la UE anunció que el bloque impondría nuevas sanciones a Israel, incluyendo la suspensión de ciertas disposiciones comerciales. Reino Unido calificó el asalto como "temerario y terrible", mientras que Egipto - en un movimiento sin precedentes - se refirió a Israel como "el enemigo" por primera vez desde el tratado de paz de 1979.

Protestas domésticas y crisis de rehenes

En Israel, familias de rehenes rompieron barreras policiales y acamparon frente a la residencia de Netanyahu en Jerusalén, temiendo que la ofensiva pusiera en peligro la vida de sus seres queridos. "Nuestros amados en Gaza están siendo bombardeados por las FDI bajo las órdenes del primer ministro", declaró Anat Angrest, cuyo hijo Matan está entre los aproximadamente 20 rehenes que se cree siguen con vida.

Las protestas reflejan la profunda división dentro de Israel sobre la estrategia militar, con algunos comandantes israelenses expresando preocupación de que el asalto a la ciudad de Gaza podría ser una "trampa mortal" para las tropas y pondría en peligro a los rehenes restantes. Incluso el jefe de personal Eyal Zamir había instado a Netanyahu en una reunión el domingo a buscar un acuerdo de alto al fuego.

La ofensiva representa un punto de inflexión en un conflicto que ha cobrado más de 64,000 vidas palestinas según el Ministerio de Salud de Gaza, y donde la ciudad de Gaza - antes hogar de más de 600,000 personas - se ha convertido en el epicentro de una de las crisis humanitarias más graves del siglo XXI. Con la comunidad internacional profundamente dividida y la diplomacia estancada, la operación militar promete prolongar una tragedia que ya ha redefinido los límites del sufrimiento humano.


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