El peronismo arrasó en Buenos Aires y obliga a Milei a un replanteo urgente
- Ambito Tucumano
- hace 5 días
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Fuerza Patria obtuvo una victoria contundente con el 47% de los votos. El resultado debilita al Gobierno nacional y consolida al gobernador Axel Kicillof como líder clave de la oposición.

El peronismo bonaerense, unido bajo la marca Fuerza Patria, celebró una victoria arrolladora en las elecciones legislativas de la provincia de Buenos Aires, un resultado que resonó como un terremoto político en el Gobierno nacional y consolidó el liderazgo del gobernador Axel Kicillof. Con el 99% de las mesas escrutadas, la fuerza opositora se impuso con el 47.28% de los votos, doblando en intención de voto a La Libertad Avanza, que obtuvo un 33.71%, muy por debajo de sus expectativas.
La contundencia del triunfo peronista se midió en el aplastante dominio en el territorio. Fuerza Patria se impuso en seis de las ocho secciones electorales, incluyendo su bastión de la Tercera Sección, donde en distritos clave como La Matanza la ventaja fue demoledora. Este resultado no solo le garantiza al oficialismo provincial la mayoría propia en el Senado y la primera minoría en Diputados, sino que valida la estrategia de Kicillof de desdoblar las elecciones y campaña con un fuerte anclaje local, desafiando la nacionalización que intentó el oficialismo.
Desde el escenario en un hotel de La Plata, ante una multitud eufórica, Kicillof lanzó un discurso desafiante dirigido directamente al Presidente. "Las urnas hoy le dieron un mensaje a Javier Milei. Van a tener que rectificar el rumbo", afirmó, y enumeró: "Le dijeron que no se puede frenar la obra pública, pegarle a los jubilados, abandonar a las personas con discapacidad ni desfinanciar la educación, la salud y la ciencia". El Gobernador se erigió como el vocero de un mensaje que, según interpretó, exige gobernar "sin odio, insultos ni estafas".
Para el Gobierno nacional, la derrota es amarga y no deja espacio para el duelo. El "triángulo de hierro" de la Casa Rosada se ve forzado a resetear una estrategia de gestión que encontró un muro de contención en la provincia más importante del país. El primer y urgente test será la reacción de los mercados financieros este lunes, que anticipan presión cambiaria y caída de activos, alarmados por la solidez de una oposición que ahora tiene mayor poder legislativo para torcerle el brazo.
El triunfo trasciende la elección legislativa. Axel Kicillof emerge fortalecido en la interna del peronismo, afirmando su autonomía y proyectándose como un referente central de cara al futuro. Rodeado de intendentes, gremialistas y figuras de todos los sectores del Frente de Todos, incluido Sergio Massa, el mensaje fue de unidad y de un nuevo camino que comienza a recorrer. Las urnas bonaerenses no solo definieron bancas, sino que reconfiguraron el tablero político nacional y pusieron una lápida sobre el relato de la invencibilidad libertaria.
El mapa de la elección en Buenos Aires

La abrumadora victoria de Fuerza Patria en la provincia de Buenos Aires esconde un mapa electoral fracturado que delinea con precisión las dos fuerzas políticas que se disputan el territorio. El peronismo demostró su fortaleza imbatible en el populoso Conurbano, mientras que La Libertad Avanza logró plantar bandera en secciones clave del interior, consolidando una geografía de la grieta que define el nuevo tablero político bonaerense.
El triunfo peronista se cimentó en su bastión indiscutido: la Tercera Sección. Con Verónica Magario a la cabeza, la fuerza oficialista arrasó con el 53.78% de los votos, duplicando holgadamente a la boleta libertaria. Este resultado reafirma el cordón industrial y los distritos más densamente poblados como el muro de contención del proyecto de Axel Kicillof. La misma tendencia se repitió en la Primera Sección, la más poblada, donde el ministro Gabriel Katopodis se impuso por una diferencia de más de diez puntos.
Sin embargo, el mapa no es completamente celeste. La lectura territorial muestra islas de poder libertario que confirman su radicación en el electorado. La Quinta Sección, con epicentro en Mar del Plata, fue para el libertario Guillermo Montenegro, quien superó a la experimentada Fernanda Raverta por cuatro puntos. Un fenómeno similar ocurrió en la Sexta Sección, donde la alianza LLA-PRO se impuso con comodidad, marcando una clara zona de influencia opositora en el sur provincial.
El interior profundo presentó batallas más ajustadas. En la Cuarta Sección, de perfil netamente rural, Fuerza Patria se impuso por diez puntos, una diferencia significativa pero que muestra un electorado menos homogéneo que en el Conurbano. Las secciones Segunda y Séptima, con resultados más estrechos, confirman que el interior no es un bloque monolítico y se ha convertido en el campo de batalla donde ambas fuerzas miden su poder real más allá de sus fortines.
Con una participación del 65%, levemente superior a lo esperado pero aún por debajo del histórico, los comicios bonaerenses no solo distribuyeron bancas sino que dibujaron una nueva cartografía política. La provincia ya no se divide entre el interior y el Conurbano, sino entre un peronismo que conserva su poderío en los grandes centros urbanos y un libertarismo que consolida su presencia en regiones específicas, anticipando una pulseada que se extenderá hasta las próximas elecciones nacionales. (ÁMBITO FINANCIERO)
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