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"Se terminó la política de cuarta": Jaldo estalló contra sus legisladores

  • Foto del escritor: Ambito Tucumano
    Ambito Tucumano
  • 1 jul
  • 2 Min. de lectura

La sesión para votar el megaplan Procrear II pendió de un hilo tras faltazos oficialistas; la oposición, irónicamente, salvó la sesión.

Sesión legislativa, Tucumán

El proyecto estrella del gobierno tucumano, el Procrear II, estuvo a punto de hundirse por un insólito motivo: los propios legisladores oficialistas no asistieron a la sesión clave. Pese a contar con 33 bancas (8 más del mínimo necesario), el bloque peronista no alcanzó quórum propio. La ironía fue total: la oposición –que luego votaría en contra– habilitó el debate para salvar el decreto de Jaldo.

El escándalo desató una crisis institucional. El vicegobernador Miguel Acevedo convocó una reunión urgente con su bloque, donde lanzó un duro mensaje: "No se puede subestimar lo que pasa". Pero el llamado cayó en saco roto: varios de los ausentes tampoco asistieron a la cita interna. "Se han ido de irresponsables. Parece que no entienden que son legisladores", estalló un parlamentario en los pasillos.

La gota que rebalsó el vaso fue la reacción del gobernador Osvaldo Jaldo. En declaraciones incendiarias, cuestionó la gravedad de las ausencias: "¿Esa es la importancia que le dan al Procrear? Algo está fallando en la avenida Sarmiento [sede legislativa]... y si no anda bien, que avisen porque el gobernador sabe lo que tiene que hacer". Remató con un ultimátum: "Se terminó esa política de cuarta, de jugar al quedo. Hoy a Tucumán lo sacamos entre todos o no lo saca nadie".

Trasfondo de la tensión: La obra implica 1.600 viviendas, 1.400 lotes con servicios y una inversión de $70.000 millones que impactaría en 3.000 familias y generaría 7.000 empleos. En pleno año electoral, las ausencias son leídas como maniobras internas. Algunos legisladores sugieren que Jaldo buscaría recentrar su agenda política en la capital, relegando al sur provincial.

El oficialismo deberá demostrar si las palabras de Jaldo fueron un rugido... o solo un gruñido vacío.



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