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Represión y detenciones masivas en marcha de jubilados

  • Foto del escritor: Ambito Tucumano
    Ambito Tucumano
  • 13 mar
  • 2 Min. de lectura

La multitudinaria protesta de jubilados e hinchas de fútbol terminó en represión policial, con heridos, detenidos y denuncias de violencia excesiva.


Una masiva movilización de jubilados, acompañados por hinchas de fútbol, gremios y movimientos sociales, se congregó frente al Congreso para reclamar por mejoras en sus haberes y condiciones de vida. Sin embargo, la protesta derivó en una violenta represión por parte de las fuerzas de seguridad, que utilizaron gases lacrimógenos y balas de goma para dispersar a los manifestantes.

El operativo, ordenado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, comenzó antes de lo previsto, con un despliegue policial que incluyó a la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura y Policía de la Ciudad. Durante más de dos horas, se registraron enfrentamientos, barricadas y vehículos incendiados. Entre los heridos se encuentran el fotógrafo Pablo Grillo, quien sufrió una fractura de cráneo por un cartucho de gas lacrimógeno, y Beatriz Blanco, una jubilada de 87 años que recibió un golpe en la cabeza.

Las detenciones fueron masivas, con cerca de 150 personas privadas de su libertad, según Bullrich. Entre los detenidos se encontraba Daniel Catalano, titular de ATE Capital. La ministra justificó el operativo alegando que los manifestantes estaban "preparados para matar" y que intentaban "tomar el Congreso", aunque no presentó pruebas contundentes para respaldar estas afirmaciones.


Reclamos y contexto

Los manifestantes exigieron un aumento en las jubilaciones, la restitución de medicamentos gratuitos a través del PAMI y la reapertura de la moratoria previsional, eliminada por el gobierno de Javier Milei. La protesta unió a diversos sectores, desde jubilados hasta hinchas de fútbol, quienes expresaron su solidaridad con los adultos mayores y su rechazo a la represión sistemática.

Respuesta judicial

La jueza Karina Andrade ordenó la liberación inmediata de más de 114 detenidos, argumentando que se vulneró el derecho constitucional a la protesta. En contraste, la jueza federal María Servini había demorado semanas en liberar a detenidos durante protestas anteriores.

Balance y perspectivas

La represión deja un saldo preocupante: seis manifestantes y 17 policías heridos, uno de ellos en estado crítico. El gobierno defendió su accionar, mientras que organizaciones sociales y de derechos humanos denunciaron el uso excesivo de la fuerza. La jornada marca un escalamiento en la violencia contra las protestas, con un mensaje claro: disuadir cualquier forma de disidencia.

La movilización, que continuó en forma de cacerolazos en barrios porteños y ciudades del interior, refleja el descontento social y la resistencia a las políticas del gobierno, en un contexto de creciente autoritarismo y represión.

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