Después de que pidiera un "blindaje" como el de De la Rúa, sus asesores le ordenaron no hablar de economía y otros temas que no domina.
El reciente traspié de Patricia Bullrich al hablar sobre el blindaje con el FMI y su asociación con el gobierno de Fernando de la Rúa, fue rápidamente aprovechado por Horacio Rodríguez Larreta para obtener ventaja política. Este episodio ha dejado conmocionado al entorno de la jefa del PRO en uso de licencia.
Ante esta situación, se ha decidido que Bullrich evite hablar tanto sobre economía, un tema que no domina a la perfección. En privado, algunos operadores del bullrichismo reconocen que cometieron un error al utilizar la palabra "blindaje", debido a su connotación negativa y su relación con el gobierno de De la Rúa.
Falta de un "comité de crisis" para abordar problemas rápidamente y consensuar respuestas es otro de los puntos débiles señalados en el entorno de Bullrich. La falta de una estrategia clara frente a situaciones adversas ha llevado a un silencio poco beneficioso y a comentarios desafortunados de algunos de sus colaboradores, como el caso del tuit del diputado Fernando Iglesias.
Bullrich ha pasado por otros momentos complicados durante su campaña, como cuando habló sobre un "sistema bimonetario" y fue malinterpretada por algunos medios, o cuando destacó que las universidades argentinas estaban vacías de alumnos argentinos, lo que fue desmentido por el Ministerio de Educación.
En su intento por fortalecer su equipo de campaña y evitar errores, Bullrich ha adquirido mayor experiencia y ha evitado exponerse en encuentros tempranos para reducir la posibilidad de equivocaciones. Sin embargo, persisten las dudas sobre su capacidad para afrontar situaciones mediáticas complejas.
El equipo de comunicación del larretismo también ha enfrentado dificultades, como la incomodidad de Horacio Rodríguez Larreta al responder preguntas de periodistas sobre su voto en las elecciones.
Aunque Bullrich y Larreta compiten en la campaña, ambos han mostrado ciertas debilidades y reacciones que podrían afectar su desempeño electoral. Con las elecciones a dos semanas de distancia, el tiempo para corregir errores y aprender de las experiencias es limitado.
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