Zelenski desmonta la lucha anticorrupción y enciende protestas históricas

Ucrania rechaza la subordinación de NABU y SAPO al fiscal general: manifestaciones masivas alertan sobre autoritarismo y retroceso institucional.

Miles de ucranianos —en Kiev, Lviv, Odesa y Dnipro— tomaron las calles tras la firma de una ley que liquidó la independencia de las agencias anticorrupción NABU y SAPO, poniendo ambas bajo control directo del fiscal general, un funcionario nombrado por Zelenski.

En Kiev, más de mil manifestantes rodearon la oficina presidencial con carteles que decían “vergüenza”, “veta la ley” y “Zelenski es un demonio”. Es la primera gran protesta interna desde el inicio de la guerra, un claro registro del rechazo ciudadano al giro autoritario.

La reforma legislativa ignora las advertencias de organismos internacionales: G7, Unión Europea y Transparency International advirtieron que esta decisión pone en riesgo las aspiraciones europeas de Ucrania y erosiona el sistema de contrapesos.

Los funcionarios de NABU y SAPO calificaron la medida de «destrucción» de la arquitectura anticorrupción surgida tras el Euromaidán. Denuncian que el fiscal podrá cerrar causas, reasignar expedientes o bloquear investigaciones críticas, minando la transparencia institucional.

Zelenski sostiene que la reforma purga influencia rusa y agiliza expedientes atrasados, y anunció una supuesta reunión para facilitar un plan de acción conjunta de los organismos, aunque no mencionó los reclamos populares.

¿Por qué es grave?

• La medida ultraja los principios democráticos; Zelenski quita autonomía a organismos clave, debilitando la rendición de cuentas del Estado.

• Socava la credibilidad internacional de Ucrania como receptor de financiamiento occidental y aspirante a la Unión Europea.

• Para muchos, representa una recaída hacia prácticas autoritarias que Ucrania "ya había superado".

Zelenski firma una legislación que consolida el poder presidencial sobre organismos diseñados para fiscalizarlo. Esta traición al civismo y a la transparencia, lejos de fortalecer el Estado, lo convierte en un instrumento de participación parcial. Las protestas anticipan un descontento creciente y un posible retroceso democrático que podría socavar la ayuda financiera internacional al país.