Salieron de Afganistán más de 85.000 personas, entre extranjeros y locales.

Las naciones occidentales se apresuraban a completar la evacuación de miles de personas de Afganistán, mientras se acerca el 31 de agosto, fecha límite para la retirada de las tropas extranjeras. Los nuevos gobernantes talibanes ya anunciaron que no van a extender el plazo para la salida de los extranjeros.
En uno de los mayores puentes aéreos de la historia, Estados Unidos y sus aliados han evacuado a más de 85.000 personas, incluidos sus ciudadanos, personal de la OTAN y afganos en riesgo, desde el 14 de agosto, un día antes de que los talibanes llegaran a la capital, Kabul, para poner fin a dos décadas de ocupación extranjera.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo que las tropas enfrentan un peligro creciente y las agencias de ayuda anticipan una grave crisis humanitaria para la población que queda atrás.
Decenas de miles de afganos que temen ser perseguidos han abarrotado el aeropuerto de Kabul desde la toma de posesión de los talibanes, y los afortunados han conseguido asientos en los vuelos. Mucha gente se arremolinaba fuera del aeropuerto, donde soldados de Estados Unidos, Reino Unido y otras naciones intentaban mantener el orden en medio del polvo y el calor.
La oficina de Derechos Humanos de la ONU recibió informes creíbles de violaciones graves por parte de los talibanes, como ejecuciones sumarias de civiles y fuerzas de seguridad afganas que se habían rendido.
Un diplomático de la OTAN en Kabul reclamó a los países vecinos que abran sus fronteras terrestres. “Irán, Pakistán y Tayikistán deberían retirar a más gente usando rutas aéreas o terrestres. Es vital que las rutas aéreas y terrestres se utilicen a un ritmo rápido”, insistió.
México fue el país latinoamericano que primero se ofreció a recibir refugiados afganos. Ayer llegaron 124 periodistas y trabajadores de medios de comunicación que salieron con sus familias de Kabul. En un vuelo anterior habían arribado cinco adolescentes afganas del equipo femenino de robótica. El equipo recibió premios internacionales y trabajaba en un ventilador de código abierto y bajo costo cuando llegó la pandemia de covid-19.
Los talibanes, que prohibieron que las niñas asistieran a la escuela y que las mujeres trabajaran cuando gobernaron Afganistán a fines de la década de 1990, prometieron respetar los derechos de las mujeres y la educación de las niñas. (REUTERS)
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