Tucumán tiene incautaciones récord y el desafío de frenar el tránsito de drogas
- Ambito Tucumano
- 25 mar
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La provincia quintuplicó las incautaciones de drogas en lo que va del año, con 430 kilos decomisados, pero persisten desafíos en controles y corrupción.

Tucumán registró un récord histórico en la lucha contra el narcotráfico durante el primer trimestre de 2025, con incautaciones de drogas por 430 kilos, cinco veces más que en el mismo período de 2024. Los operativos recientes revelan tanto la sofisticación del tráfico como los esfuerzos por contenerlo. En uno de los casos más destacados, la Gendarmería Nacional interceptó 51 kilos de cocaína camuflados en encomiendas de ropa enviadas desde Orán (Salta) a Mendoza, deteniendo a tres personas. Paralelamente, en el Operativo Lapacho, la policía tucumana halló 3 kilos de marihuana ocultos en hojas de coca dentro de un camión con destino a Córdoba.
Cifras alarmantes y cambio de tendencia
Marihuana: Las incautaciones pasaron de 18 kilos (2024) a 218 kilos (2025).
Cocaína: Subió de 63 a 215 kilos en el mismo lapso.
Rol estratégico: Aunque Tucumán no produce drogas, el 95% de lo incautado ingresa desde Salta, especialmente desde Orán, punto crítico de la frontera con Bolivia.
Acciones y contradicciones
El ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, atribuyó el éxito al "endurecimiento de controles fronterizos", mientras el secretario antidrogas, Jorge Dib, anunció más operativos para "cerrar cada ingreso ilegal". Sin embargo, persisten desafíos:
Corrupción en fuerzas federales: Efectivos están siendo investigados por liberar rutas o colaborar con bandas, un tema que las autoridades evitan abordar públicamente.
Plan Güemis: Iniciativa nacional-provincial en Salta para frenar el flujo de drogas, aún con resultados limitados.
Contexto regional
Mientras el NOA redujo sus incautaciones un 50% (1.287 kilos en 2025 vs. 2.869 en 2024), Tucumán concentró el 33% del total regional, consolidándose como nodo clave del tráfico hacia Córdoba, Mendoza y Buenos Aires.
La paradoja es evidente: más controles derivan en más incautaciones, pero no logran cortar el flujo. Con un mercado interno en crecimiento y rutas cada vez más blindadas, Tucumán enfrenta un desafío doble: sostener la presión antidroga y purgar complicidades que minan la estrategia.
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