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Tasas récord y equilibrio frágil: el costo de contener el dólar que preocupa al Gobierno

  • Foto del escritor: Ambito Tucumano
    Ambito Tucumano
  • 20 ago
  • 3 Min. de lectura

La Tasa Mayorista (TAMAR) escaló al 74%, nivel histórico que refleja la presión por absorber liquidez y evitar una corrida cambiaria en plena turbulencia preelectoral.

Tasas récord y equilibrio frágil: el costo de contener el dólar que preocupa al Gobierno

Mientras el gobierno de Javier Milei exhibe un superávit fiscal primario del 1.1% del PBI, el costo financiero de la estabilización comienza a mostrar grietas. La Tasa Mayorista de Argentina (TAMAR), referencia para depósitos superiores a $1.000 millones, alcanzó esta semana el 74% anual, un máximo histórico que expone la tensión entre el control cambiario y el creciente endeudamiento del Tesoro. Este salto – desde el 56% registrado a mediados de agosto – ocurre tras una licitación donde el gobierno absorbió $3.78 billones a TAMAR +1%, inyectando presión adicional sobre las tasas.

La ingeniería de la escasez

La estrategia del Banco Central, coordinada por el ministro Luis Caputo, se basa en un "apretón monetario" sin precedentes:

  • Encajes más estrictos: Aumento de cinco puntos porcentuales en exigencias de liquidez bancaria, con integración diaria en lugar de mensual.

  • Licitaciones agresivas: Absorción de $5.9 billones en un solo día mediante letras capitalizables a corto plazo.

  • Penalidades endurecidas: Multas duplicadas para entidades que incumplen los nuevos requisitos.

Esta ofensiva busca neutralizar los $5.8 billones liberados por una renovación parcial de deuda la semana previa, donde el Tesoro solo logró refinanciar el 61% de los vencimientos. "Ningún peso va a la calle", afirmó el director del BCRA Federico Furiase, reflejando la obsesión oficial por evitar que la liquidez presione el dólar.

El dilema fiscal: superávit primario vs. déficit financiero

Paradójicamente, el éxito en el frente fiscal convive con un riesgo creciente en el financiero:

  • Superávit primario de $1.75 billones en julio (+41% interanual real).

  • Pero déficit financiero de $168.515 millones, el primero del año, impulsado por el pago de intereses de bonos emitidos durante la gestión de Martín Guzmán.

  • Costo interestual explosivo: Las LECAP y BONCAP rinden entre 55% y 63% anual, alimentando una bola de nieve de deuda.

Ricardo Arriazu, economista cercano al oficialismo, proyecta que la inflación podría caer bajo 1% mensual hacia fin de año, pero advierte: "Tasas al 74% encarecen el crédito y desaceleran la actividad". Su optimismo contrasta con la volatilidad extrema en el mercado monetario, donde las tasas de caución intradía oscilaron entre 80% y 2% en la misma jornada.

Efectos colaterales: crédito secado y ahorristas cautivos

La crisis de liquidez ya traspasa al sector real:

  • Plazos fijos minoristas escalaron al 50% anual, duplicando la inflación proyectada para agosto.

  • Bancos restringen horarios para captar depósitos en fondos money market, evitando sanciones por incumplimiento de encajes.

  • Pymes y consumidores enfrentan crédito prohibitivo o inexistente, comprometiendo la frágil recuperación económica.

El gobierno argumenta que este costo transitorio es necesario para evitar un desborde cambiario. Gustavo Cañonero, exvicepresidente del BCRA, cuantificó el excedente monetario en USD 50.000 millones, una bomba de tiempo que justificaría medidas extremas. Pero analistas de Puente Research señalan que el spread del 1% sobre TAMAR pagado en la última licitación "implique una tasa real muy alta en términos históricos", incluso para instrumentos elegibles para encajes.

¿Hacia un punto de quiebre?

El escenario actual presenta contradicciones insostenibles:

  1. Inflación en desaceleración (proyectada en 2-2.5% para agosto) pero con tasas récord del 74%

  2. Superávit fiscal primario pero déficit financiero por costos de deuda explosivos

  3. Estabilidad cambiaria artificial mantenida con restricciones de capital y liquidez cero.

La licitación "fuera de agenda" del Tesoro – donde los bancos suscribieron masivamente solo porque el bono era elegible para encajes – revela el carácter circular de la estrategia: el gobierno se endeuda a tasas exorbitantes para absorber pesos que él mismo inyectó días antes. Como resume un operador: "Es como vender oxígeno en una habitación herméticamente sellada".

El ministro Caputo insiste en que el control cambiario es prioritario hasta las elecciones de octubre. Pero cada punto de tasa que sube la TAMAR acerca al país a un ajuste recesivo más profundo o, en el escenario contrario, a una liberalización cambiaria que podría disparar el dólar y reactivar la espiral inflacionaria. En Hacienda lo saben: por ahora, eligen contener el volcán aunque el termómetro marque temperaturas de fusión.

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