San Martín cayó en Buenos Aires

El Santo empezó ganando pero Flandria con su fuerza aérea lo dio vuelta para dejar con las manos vacías a los de Alexis Ferrero.

San Martín vistó a Flandria este sábado por la fecha 12 de la Primera Nacional y volvió a Tucumán con las manos vacías. Alejandro Gagliardi, figura excluyente del partido, y Lucas Seimandi modificaron el rumbo del encuentro en el que Leonel Bucca de penal había puesto en ventaja al Santo.

El partido comenzó muy parejo, con ambos equipos sin poder imponer su idea futbolística y sin crear peligro. Sin embargo, todo cambió cuando Matías Quiroga recibió una falta en el área y Sebastián Martínez sancionó penal, que fue cambiado por gol por Leonel Bucca. El gol sorprendió al equipo local y el ciruja se propuso reafirmar su victoria parcial, pero Flandria no se lo permitió y comenzó a encerrar a la visita en su propia área, logrando el empate gracias a un certero cabezazo de Alejandro Gagliardi tras un córner.

Antes del empate, hubo una polémica mano que el árbitro sancionó fuera del área y que parecía haber sido dentro, lo que enfureció al público local que ha sufrido arbitrajes perjudiciales con frecuencia. Sin embargo, el gol de Gagliardi calmó a todos y generó un fuerte desahogo. Tras el empate, Flandria fue por más, pero el entretiempo interrumpió el juego.

En el complemento, ambos equipos mostraron un juego flojo y sin ideas. Con los cambios, San Martín se mostró mejor parado en el campo, pero sin lograr peso ofensivo, mientras que Flandria se quedó sin ideas para crear juego. Sin embargo, la insistencia, calidad y fe de Gagliardi fueron determinantes para dar vuelta la historia. Desbordó por la izquierda, enganchó y dejó tirado a su marcador para meter un centro preciso que Martin Comachi le bajó a Lucas Seimandi, quien también de cabeza venció al arquero rival para dar vuelta el partido y desatar la fiesta en el estadio.

La carencia de ideas futbolísticas del equipo de Alexis Ferrero permitió que Flandria no pasara demasiados sobresaltos, más allá de algunos centros que fueron bien controlados por Martin Perafan.

Así, San Martín se fue con las manos vacías y muchas incógnitas, con la obsesión de encontrar un técnico que pueda revertir su presente de poco juego, carencia de identidad, irregularidad y derrotas que preocupan a su gente.