top of page

La gente le envió un mensaje al gobierno ¿obliga a Milei a un replanteo?

  • Foto del escritor: Ambito Tucumano
    Ambito Tucumano
  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura

El lema "no más kirchnerismo" no fue suficiente para el Gobierno de Milei que enfrenta una derrota por su guerra interna, los escándalo de coimas y el rumbo de la economía que se enfría.

El lema "no más kirchnerismo" no fue suficiente para el Gobierno de Milei que enfrenta una derrota por su guerra interna, los escándalo de coimas y el rumbo de la economía que se enfría.

La contundente derrota de La Libertad Avanza en Buenos Aires funcionó como un espejo que reflejó todas las grietas internas, los errores de gestión y los límites del discurso de guerra permanente que caracteriza al Gobierno de Javier Milei. Lejos de ser un simple revés electoral, el resultado obliga a un replanteo profundo de una gestión que choca contra la realidad de una provincia castigada y un electorado que le exigió moderación.

El escándalo de las coimas en la Agencia de Discapacidad (ANDIS), que salpica directamente a Karina Milei y a su operador político, Eduardo “Lule” Menem, estalló en plena campaña y no pudo ser contenida por el relato oficial. La interna entre el sector “karinista” y el ala más pragmática de Santiago Caputo se ventiló de la peor manera, incluso dentro del gabinete, donde la ministra Sandra Pettovello rompió el hermetismo para exigir que no se fuera “complaciente con la corrupción”. La derrota expone el costo de haber priorizado una estrategia de polarización absoluta, impulsada por Karina y los Menem, sobre la construcción de alianzas que pregonaba Caputo.

El mensaje de las urnas fue claro: el “miedo al kuka” no alcanza para tapar el malestar por una economía que se enfría día a día. Los salarios que pierden contra la inflación, una política monetaria contractiva que frena la producción y un Indicador de Actividad Económica en rojo conforman un panorama sombrío. Los focus groups ya lo anticipaban: la gente está cansada de un Presidente “siempre enojado”, que perciben más como una muestra de impotencia que de firmeza.

Frente a este panorama, el reconocimiento de la derrota por parte de Milei sonó más a un doble desafío que a una autocrítica genuina. “Aceptamos el revés”, dijo, pero acto seguido ratificó que “el rumbo no se modifica, se acelera”. Esta contradicción define la encrucijada del Gobierno: ¿ profundiza la apuesta con el riesgo de quedar aislado, o cede a un pragmatismo que le permita gobernar con un Congreso más hostil y una oposición unificada tras el victorioso Axel Kicillof?

La pulseada interna ahora se redefine. La derrota le quita poder a la órbita de Karina Milei y fortalece la mano de Santiago Caputo y del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, para impulsar un giro hacia la construcción de puentes con gobernadores y sectores moderados. El peronismo, unificado tras una victoria que consolida a Kicillof como su principal referente, emerge como un bloque cohesivo y con un discurso de unidad que contrasta con la guerra fraticida que amenaza con consumir al oficialismo desde adentro. El día después llegó con facturas por cobrar y un mensaje claro: la provincia más importante del país le pidió cambios, no aceleración.



Comentarios


plan-de-pagogif.gif
bottom of page