Aumento escalonado de combustibles en noviembre y diciembre
- Ambito Tucumano
- hace 31 minutos
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El Gobierno nacional oficializó un incremento parcial de los impuestos a la nafta y el gasoil a partir de este sábado 1 de noviembre, con una suba total que se completará en diciembre. Buscan equilibrar las cuentas fiscales sin generar un impacto inflacionario brusco.

A través del Decreto 782/2025, publicado este viernes en el Boletín Oficial, el Poder Ejecutivo estableció un nuevo cronograma para la aplicación de las actualizaciones impositivas pendientes sobre los combustibles. La norma, firmada por el presidente Javier Milei, el ministro del Interior Guillermo Francos y el ministro de Economía Luis Caputo, dispone que el ajuste se realice en dos etapas: una parcial durante noviembre y la totalidad del aumento pendiente a partir del 1 de diciembre.
En la práctica, esto significa que los precios en los surtidores experimentarán dos movimientos alcistas consecutivos. Según las estimaciones del sector energético, el ajuste de noviembre podría implicar una suba cercana al 4% promedio en las naftas y al 3% en el gasoil. Para diciembre, con la aplicación completa del esquema impositivo, se anticipa un nuevo incremento que podría elevar el costo de los combustibles entre un 8% y un 10% adicional, dependiendo de la región y el tipo de producto.
El detalle de los aumentos impositivos
El decreto especifica los nuevos montos fijos que se agregarán al precio por litro de cada combustible. Estos valores se desglosan en dos impuestos principales: el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) .
La siguiente tabla detalla el impacto directo por litro:
Combustible | Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) | Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) | Aumento total por litro |
Nafta | $15,56 | $0,95 | $16,51 |
Gasoil | $12,64 | $1,44 | $14,08 |
Gasoil (Patagonia) | $12,64 + $6,84 (alícuota diferencial) | $1,44 | $20,92 |
El contexto fiscal y la estrategia gradualista
Esta decisión se enmarca en una estrategia más amplia del Gobierno de ajustar gradualmente los precios regulados, iniciada a mediados de 2025. Los impuestos a los combustibles, que por ley deben actualizarse trimestralmente según la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC), han sido repetidamente postergados por distintas administraciones desde 2018 para evitar saltos bruscos en los precios.
El texto oficial argumenta que el propósito es "continuar estimulando el crecimiento de la economía a través de un sendero fiscal sostenible". Para el Palacio de Hacienda, estos tributos representan una fuente crucial de recaudación, ya que se coparticipan parcialmente con las provincias. Según cálculos del Ministerio de Economía, cada actualización trimestral puede aportar más de 0,1 puntos del Producto Bruto Interno (PBI) en ingresos adicionales.
Al dosificar el impacto, el Gobierno intenta equilibrar dos objetivos: fortalecer los ingresos tributarios y, al mismo tiempo, mitigar un efecto de arrastre en la inflación general, que ha mostrado una tendencia a la baja en los últimos meses. "Liberar de golpe todas las actualizaciones pendientes podría tener un efecto de arrastre en los precios generales", advierten fuentes oficiales.
Qué se espera para el futuro
Con la aplicación del aumento total en diciembre, el Gobierno completará el ciclo de ajustes acumulados correspondientes a 2024 y a la primera mitad de 2025. Se anticipa que, a partir de enero de 2026, y si no se dictan nuevos diferimientos, los impuestos a los combustibles volverán a su régimen original de actualización automática trimestral basada en el IPC.
El impacto final para los consumidores en 2026 dependerá del nivel de inflación de los próximos meses y de la política de precios que adopten las principales empresas del sector. Por ahora, los conductores argentinos deberán prepararse para dos meses seguidos de mayores erogaciones en las estaciones de servicio.
¿Por qué suben los impuestos al combustible?
Los gobiernos suelen utilizar los impuestos a los combustibles como una herramienta de política fiscal. Por un lado, son una fuente significativa de ingresos para financiar el presupuesto nacional y las provincias. Por otro lado, en un contexto de alta inflación, la aplicación gradual de estas subas permite a las autoridades equilibrar la necesidad de recaudación con el objetivo de no recalentar aún más los precios. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha señalado que, en escenarios inflacionarios, las medidas fiscales deben ser temporales y estar bien dirigidas para no estimular la demanda de manera contraproducente.









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